Por Carla Gómez
Existe una complicidad mediática para con la violencia de
género, utilizada sobre todo por los medios hegemónicos de comunicación, que
tienen gran influencia sobre la sociedad como instrumento al servicio de la
alineación de las mujeres, los trabajadores y el pueblo. Para eso, las mujeres son utilizadas como objetos
publicitarios, tratando de imponer un estereotipo “competitivo” que deteriora
su esencia, tratando de alejarlas de los valores de igualdad y solidaridad que
tanto anhelamos y necesitamos. Los niños
de azul y las niñas de rosa, las mujeres “sensibles” y los hombres “fuertes” o
las mujeres que “compran electrodomésticos” mientras los machos se hacen cargo
de los “autos” y las grandes maquinarias.
“Era una fanática de los boliches, que abandonó la escuela
secundaria”... “Se hizo cuatro piercings y tiene cinco perfiles de Facebook…”.
Decía Clarín cuando se refería a Melina de 17, que fue arrojada muerta a las
orillas del arroyo Morón en José León Suárez. Al periodista que hizo la nota le
faltó decir: ¡Por algo será! Aunque nos continúan matando por ser mujeres y, por lo
tanto, consideradas como una “propiedad” que debe seguir formando parte del
conjunto de los bienes del macho, la mayoría de los medios siguen poniendo el
foco en las víctimas, buscando justificativos tales como el largo de la pollera
o el ancho de los escotes. ¡Las peores voces del patriarcado hablan a través de
Clarín, La Nación y demás! (Leer todo)
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