Por Claudio Colombo
¡Último momento! De acuerdo a informaciones producidas por varias
fuentes internacionales, como Al Jazeera de Qatar y Hurriyet de Turquía, la
aviación turca bombardeó anoche la región de Maarrat Umm Hawsh, ubicada al
norte de la ciudad de Aleppo, matando -según voceros turcos- a más de 200
combatientes kurdos, aunque para la dirigencia de la YPG, “los milicianos caídos
no habrían sido más de 10”. Más allá de la veracidad de los números -en relación a la
cantidad de víctimas- lo cierto es que se están intensificando los ataques de
Turquía contra los cantones kurdos del norte de Siria o Rojava, ya que a la
ofensiva de la aviación turca se le deben agregar los intensos bombardeos
producidos contra varias villas del cantón de Afrin, el más cercano a la región
de Aleppo.
En ese sentido, Anadolu, la agencia oficial periodística turca,
declaró que “nueve edificios utilizados como cuarteles de las YPG, puntos de
encuentro, depósitos de explosivos y vehículos, fueron destruidos en los
bombardeos aéreos”, haciéndose eco del discurso de las autoridades de ese país,
que están tratando de legitimar esta “ofensiva contra el terrorismo kurdo”. Para justificar lo sucedido, Anadolu dijo que “las milicias
YPG habían atacado a los rebeldes del FSA que están siendo sostenidos y
organizados por las fuerzas armadas turcas”. Los trabajadores y los pueblos de
todo el mundo deben repudiar la política genocida del gobierno turco del “Sultán”
Recep Tayyip Erdogan, quien después de imponer el estado de sitio en las
ciudades kurdas del sudeste de su país está tratando de aplastar la experiencia
“federalista” del Kurdistán sirio o Rojava.
Para avanzar en ese sentido, los fascistas turcos cuentan
con el apoyo explícito de Obama, Putin, el régimen iraní y el mismísimo Bashar Al Assad, ya
que más allá de las diferencias políticas y militares que tienen todos estos, coinciden en lo
fundamental, que es derrotar al “enemigo kurdo”. Es que los kurdos y las kurdas, con su Confederalismo Democrático, han puesto en jaque la gobernabilidad capitalista de Medio Oriente, destruyendo
en los hechos los acuerdos imperialistas de Sykes Picot, Sevres y Laussane,
impuestos después de la Primera Guerra para dividir la región en “cotos de caza”
de las potencias, que pretenden mantener la "unidad" de Siria para continuar saqueando sus recursos.
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